La importancia de la educación sobre diabetes
Como lo destacara E. P. Joslin en 1922 y recientemente el DCCT (Diabetes Control and Complications Trial), la educación de las personas con DM es un componente esencial de las estrategias de prevención y tratamiento. Ella no reemplaza a la terapéutica tradicional (plan de alimentación, insulinoterapia, hipoglucemiantes orales, actividad física), sino que: proporciona el estímulo necesario para encarar un cambio radical ineludible en el estilo de vida; permite integrar coherentemente las prescripciones terapéuticas favoreciendo su cumplimiento y brinda un apoyo social y emocional que contribuya a mejorar la calidad de vida del paciente. Igualmente contribuye a disminuir los costos del tratamiento de la enfermedad.
Si bien nadie puede dudar de estas afirmaciones, no menos cierto es que la educación, nos referimos a la diabetológica en particular, no puede quedar reducida a las personas con diabetes: debe completarse con la de todos los integrantes del equipo de salud y extenderse a la comunidad.
La educación diabetológica, en todos sus niveles, es un proceso continuo y progresivo porque las personas olvidamos lo aprendido, o recibimos las enseñanzas en un momento poco propicio, o no siempre el programa inicial fue el mas adecuado y porque con el correr del tiempo los conocimientos pueden experimentar cambios o aparecer nuevas técnicas que requieren un nuevo aprendizaje. Además, las motivaciones y los efectos del aprendizaje se debilitan o desaparecen y se establecen discrepancias entro lo que una persona sabe y lo que hace. Por lo tanto, todo programa de educación continuada debe verificar periódicamente sus resultados y de acuerdo a ellos reforzar motivaciones, renovar y actualizar conocimientos e incorporar prácticas pertinentes.
Juan José Gagliardino
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